-Mira, solo necesito una firma aqui y aqui
-Si, pero yo no saber, yo hablar con jefe y...
-Uff. Espera. No, no hace falta. Mira, me das tus datos y el número de cuenta y ya paso mañana a por la firma, ¿vale?
C/Hilarion Eslava 30 Madrid CP: 28015
Alli estaba yo, con ganas de comerme un kebab (raro en mi) mientras el comercial de turno atosigaba al pobre camarero del restaurante, con que si este contrato de iberdrola te va a venir de lujo, que si me lo firmas ya te hago un descuento chachiguay, etc. Todos sabemos como es el rollo, un tipo trajeado, o alguien normal, que llama a tu puerta, a la de todos tus vecinos y a todas las empresas que pueda, para que firmes un contrato. Si no lo firmas, el tio se jode y no gana un duro. Si lo firmas, pues gana de 30 a 50 pavos, segun lo que estes firmando. Es una vida triste, a no ser que se te de muy bien engañar a la gente y firmes tres o cuatro contratos al dia, algo dificil.
Este chaval en concreto no tendria mas de 19 años, fumando (porque es imposible aguantar esa profesión sin tabaco) y con gesto de chuleria, pese a lo nervioso que estaba (no paraba de mover la pierna) con lo que imagine que llevaria en el trabajo apenas un mes trabando con corbata.
Aun asi, pase del tema, vi como se iba sin hacer la venta, y me centre en el dürüm. Aquel kebab si que estaba rico, y para más inri, el sitio parecia sucio a pesar de estar cuidado, y los tipejos que cortaban la carne eran tipejos gordos llenos de pelo y bigote, tipica estampa de tienda de kebabs. Ahi estaba yo, con medio rollo en la boca, cuando de repente entró otro comercial en la tienda, este ya mayor y que se notaba que sabia lo que hacia. En menos de diez minutos habian entrado dos comerciales a la tienda, y eso me hizo recapacitar en lo mal que esta el mercado laboral, en la gente que tiene que trabajar sin sueldo fijo pateandose las calles todos los dias, y en lo buena que estaba la salsa del kebab.
Me fui después que el segundo comercial, y pague la cuenta, que era muy barata. No era el kebab de oro, pero estaba muy cerca de serlo, no solo por el precio si no por lo rica que estaba la carne, y lo bien liado que habia quedado.
Puntuación del antro: 8/10